Este tercer capítulo trata de la
violencia entre pares. Las investigaciones académicas
sobre el bullying se iniciaron en los años 70 y se le dijo así a
este fenómeno en los Estados Unidos e Inglaterra. Hoy en día en
América Latina, el término bullying no es usual más allá de los
entornos académicos.
Un estudio de Plan
Brasil pudo establecer que: “las víctimas de acoso escolar son
descritas como personas que poseen alguna diferencia en relación con
el conjunto, como un rasgo físico notable o alguna discapacidad, el
uso de ropa considerada diferente, la posesión de objetos o el
consumo de bienes indicativo de un estatus socioeconómico superior”.
El proceso de educación
para la convivencia ente pares implica, por una parte, diferenciar la
agresión inconsciente de los primeros años de la agresión
consciente en la adolescencia. Por otra, aceptar la
normalidad de la agresión infantil y poner límites adecuados a
partir de esas conductas, apostando a que el desarrollo de
la infancia lleve consigo el mejorar
las capacidades para entender y aceptar las reglas de convivencia.
Todos
nos preguntamos ¿por
qué el adolescente consciente de lo que hace, sigue agrediendo?
Podría ser interpretado como una vía para el reconocimiento ante sí
mismo y ante los pares, a través de la confrontación física y/o el
menosprecio a quienes consideran débiles o inferiores. Estas
personas son, por lo general, chicos y chicas que no han obtenido el
reconocimiento de sus méritos y virtudes en la familia y/o en la
escuela. O son adolescentes que no han tenido límites
adecuados para sus comportamientos, que tienen madres y/o padres
demasiado permisivos o que no logran estar al tanto del
comportamiento de sus hijos e hijas. No es lo mismo que los
niños y
niñas de corta edad, los cuales suelen expresar lo que piensan sin
ningún filtro, llevan consigo una extrema
sinceridad que a veces
resulta cruel, es falta de
conciencia de los propios actos y del respeto por los demás.
Aunque
no es reciente, la violencia entre estudiantes llama cada vez más la
atención porque en los países donde se han realizado encuestas,
los porcentajes de los niños, niñas y adolescentes que han sido
víctimas se sitúan entre el 50% y el 70% de la población
estudiantil. Si
bien el internet es una fuente importante de información y
aprendizaje, también es utilizado como un arma poderosa para el
acoso entre pares, porque es muy fácil adoptar un nombre o identidad
ficticia para enviar mensajes agresivos y humillantes, alimentados,
la mayoría de las veces, por sentimientos homófobos, xenófobos o
debidos a otro tipo de discriminación.
En la mayoría de los países de América Latina los estudiantes
expresaron que les resultaba muy difícil establecer las diferencias
y los límites entre el juego y la agresión. A
continuación les mostramos un cuadro hecho con datos de Brasil que rescatan las motivaciones
para los malos tratos, tanto de las víctimas como de los agresores:
Según
los resultados de un estudio realizado en Brasil, los abusos a través del
internet son un tipo de violencia cada vez más ejercido por
niños, niñas y adolescentes. Les mostramos otra tabla donde en la cual se registran los modos de
agresión a través de las redes virtuales:
Respecto
a las soluciones para el problema del acoso escolar, el estudio del
Brasil reveló que se deben utilizar formas tradicionales, como la
disuasión y el castigo, la suspensión o la citación a los padres.
Lo
que sucede en América Latina
es muy similar a lo que ocurre en los centros escolares en Europa. Se
hizo un estudio con las respuestas de 3.500
adolescentes, con edades de
entre los 13 y los 16 años, pertenecientes a los 50 colegios que
mayor multiculturalidad presentan en Europa, cuya media de
inmigrantes es del 30%.
Como siempre les dejamos el link del libro para el que quiera informarese más acerca del tema.